El Sistema se acaba. Comienza a Crear uno Nuevo.
El ambiente mediocre que impera en empresas y organizaciones termina afectando negativamenete el entorno de las personas. Vivimos rodeados de gatilladores y señales que nos encaminan a conductas que nos insitan a la mediocridad. Señales en nuestras oficinas, en la TV, en las redes sociales, la calle, los centros comerciales, las personas que nos rodean, etc. Ellos moldean muchos de nuestros malos hábitos.
Hay empresas y personas que saben muy bien cómo modificar el entorno de la gente para influenciarla y conseguir sus propios objetivos, los que muchas veces atentan contra los grandes objetivos y propósito de la vida de profesionales. Y muchas veces decididamente contrapuestos.
Es muy importante que las personas intervengan y modifiquen o escapen de ambientes muy nocivos, de manera de facilitar la consecución de los objetivos que realmente quieren conseguir.
¿Y cómo llegamos hasta aquí? La revolución industrial y todo su sistema y operatividad todavía sigue viva y haciendo de la suyas.
La revolución industrial automatizó con máquinas y personas la producción de modo de generar eficiencia y masividad. Si hoy vas a un supermercado, una sucursal de un banco o una clínica verás cómo las personas están colocadas para realizar tareas repetitivas y muy por debajo de su potencial. Lo mismo ves en empresas donde las personas trabajan la mayor parte del tiempo enlazadas a una máquina repetitiva y armada para conseguir el gran objetivo “productivo” de la empresa.
Veo con preocupación cómo las personas sacrifican felicidad por seguridad ya acostumbradas a seguir pedaleando la máquina para que siga funcionando.
¿Y qué hemos conseguido? Líderes que gestionan magnificamente la revolución industrial. Donde siguen aprendiendo y entrenándose como si fuera el año 1920.
En estos 5 años que vienen esos mismos líderes estarán aprovechando la automatización para eliminar puestos de trabajo repetitivos y actividades donde robots con algoritmos de inteligencia artificial superarán por mucho a los seres humanos en muchas facetas. Pero, ellos mismos se quedarán en el camino.
¿Y entonces que hemos creado? Personas promedio que viven una vida promedio. No logrando encontrar mayor felicidad ni alcanzar sus grandes sueños. Las personas al sacrificar felicidad por seguridad se quedan atrapadas en vidas que podrían aportar muchísimo más a solucionar problemas importantes en el mundo y levantarse todas las mañanas con un propósito mucho más rico y contribuir más allá de ellas mismas.
¿Y el sistema imperante? Sigue arreglándoselas para que te mantengas ahí y sigas haciendo funcionar la máquina de la revolución industrial.
El gran problema para las “empresas-revolución industrial” es que hay un importante grupo de compañías que ya dominan el mundo con sistemas totalmente diferentes y acabarán en Latinoamérica con muchas de las empresas que ya conocemos y modificarán radicalmente nuestro continente. Ellas irán muchísimo más allá de la revolución industrial y dominarán tu vida profundamente, como ya lo estás viendo que sucede. Pasaremos desde la revolución industrial a la denominada Revolución Predictiva.
La Revolución Predictiva y sus empresas usarán intensamente los datos recogidos masivamente de las personas, sus conductas y hábitos y predicirán todo. Esto traerá grandes beneficios pero también muchos dilemas y problemas. Ya lo vemos todos los días con empresas como Google, Apple, Facebook, Netflix, Uber, Airbnb y tantísimas otras.
¿Y quiénes sobrevivirán? Los que sean capaces de ir mucho más arriba del promedio. Los que venzan la mediocridad. Los que le ganen a la revolución industrial. Los que se metan de lleno en la Revolución Predictiva y todo lo que significa.
6 preguntas claves para reflexionar:
1. ¿Cuánta felicidad sacrifico hoy por mantener seguridad? ¿Es esta seguridad realmente real?
2. ¿Reconozco cada día los males de la revolución industrial en mi trabajo y el de mi equipo ?
3. ¿Qué estoy haciendo para cambiar mi empresa y mi lugar de trabajo?
4. ¿Cómo debo prepararme para la Revolución Predictiva?
5. ¿Qué pasaría si no hago nada?
6. ¿Qué habilidades debo desde ya comenzar a aprender y potenciar en mi equipo?
Y no te quedes de brazos cruzados, al final los responsables de como vivimos somos realmente nosotros mismos.